«El deseo nunca puede ser secuestrado porque matas a la persona»

Montse Batlle: «El deseo nunca puede ser secuestrado porque matas a la persona»

Con poco más de 20 años, Montse Batlle se tuvo que poner al frente de la empresa familiar: una fábrica de maquinaria agrícola con 200 empleados. Ella quería ser periodista pero las circunstancias familiares anularon su deseo. Sin embargo, hace algo más de cuatro años le dio un giro al timón de su vida y pudo al fin vivir en libertad. Esta tarde (19 horas) presenta en Districte Hipérbole su segundo libro, ‘En busca de la libertad’.

Montserrat Batlle presenta este viernes a las 19 horas en Districte Hipérbole su segundo libro, ‘En busca de la libertad’ (Kairós), acompañada por Jorge Montojo y con la coordinación de Carmina Claret de Sentís. En este libro recoge entrevistas a personas que dominan aspectos como la psicología, el psicoanálisis, la espiritualidad, el misticismo y la filosofía, temas en los que es experta.

Esta escritora es autora además de ‘Lo íntimo y lo sagrado. Conversaciones sobre la naturaleza profunda del ser humano’, un libro que lanzó en 2012, un año clave en su vida porque a partir de entonces pudo llevar al fin la vida que quería llevar. Hoy cumple 65 años.
¿Por qué ha elegido plantear los temas de su libro en forma de entrevistas a diferentes ‘sabios’ en sus ámbitos?
Mi intención es ser una persona puente. Los conocimientos de estas personas generalmente no llegan a la gente de a pie, a la gente que se mueve en otros ámbitos laborales pero que tienen una serie de problemas identitarios que no saben cómo resolver. La entrevista es la manera más rápida e inmediata de transmitir al público los conocimientos de la persona que sabe más del tema.

Es en cierto modo el trabajo del periodista…
Te voy a confesar una cosa. Mi vocación era ser periodista, pero mi familia no me dejó serlo. Teníamos una fábrica de maquinaria agrícola, mi hermano estaba mal de salud, después falleció y me tuve que hacer cargo de una empresa con 200 trabajadores. En la fábrica había muchos hombres y me encontré con actitudes bastante machistas además. Al cabo de los años la fábrica terminó y, por suerte para mí, pude dedicarme poco a poco a ser periodista, que es lo que quería ser. Pero había pasado por muchas presiones psicológicas a nivel familiar y de trabajo en la empresa y eso me convirtió en una ‘buscadora’. ¿Por qué no podía salir mi identidad a flote, por qué no podía ser ‘yo’ en esta vida? Mi búsqueda viene de ahí. Por eso el título de ‘En busca de la libertad’. En aquel momento podría haber dicho: ‘no, no voy a hacerme cargo de la empresa’ pero pensé ‘voy a ser una mala hija, no puedo hacer esto?’

¿Con cuántos años se hizo cargo de la empresa?
Yo tenía 22 años. Había estudiado secretaria de dirección, vi que mi padre quería que entrase en la fábrica pero yo descubrí el periodismo y me dije: ‘¡bueno, esta es mi pasión!’. Pero me dijeron que no, que tenía que ayudar a mi hermano que estaba malo de salud. Cuando él falleció me vi con toda la historia encima. Yo en ese tiempo no pude ser realmente yo en la vida.

¿Y cuándo se ha sentido libre de ser quien es?
He podido ser yo a partir de hace muy poco tiempo. Mi primer libro lo publiqué hace cuatro años y mañana [por hoy] cumplo 65 años.

¿Qué les diría a quienes estén en una situación como la que sufrió usted?
Hay que asumir la responsabilidad de cada uno. Es lo que nos cuesta muchas veces. Decimos: ‘¡Ay! es que mi papá era así o mi madre me hacía hacer aquello’. Mi libro va mucho en la línea de dar coraje a las personas que no han podido expresar su voz por miedo al discurso autoritario. Ese ‘En busca de la libertad’ que dice el título se refiere a la libertad interior, porque esa es la que después rige la libertad exterior. Se trata de saber construir y saber reaccionar y responder al otro desde la singularidad que tenemos cada uno y abrazando nuestra vulnerabilidad.

El subtítulo del libro es ‘desde la voluntad secuestrada’. ¿Qué quiere decir?
Para mí es lo fundamental del libro. En lenguaje psicoanalítico sería el ‘deseo secuestrado’. En España el psicoanálisis está un poco desfasado en comparación con otros lugares del mundo donde nos llevan ventaja, por eso el deseo solo lo interpretamos como el deseo sexual, como dijo Freud. Pero el deseo, la libido, es el motor de la vida de cada uno y, desde ahí, eliges tu profesión, tu pareja y tu ilusión de vida. El deseo nunca puede ser secuestrado porque matas a la persona. Yo considero que he estado sobreviviendo pero no viviendo mi vida. Hace cuatro años que he empezado a vivir.

¿Su propia experiencia vital transmite un mensaje positivo: sí se puede seguir el propio deseo y da igual la edad y la circunstancia?
Claro, no hay edad si tienes claro qué quieres hacer. Yo quería ser bailarina porque se me da bastante bien, pero no pude dedicarme al mundo de la danza. Ahora en cambio bailo tango. Todo lo he adecuado a lo que puedo hacer ahora, en este momento.

¿Le sorprende verse por ejemplo presentando su libro por todo el país, incluso en Argentina?
Me gustaría animar a la gente que piensa que su vida ya está hipotecada y que no pueden salir de ahí, porque si me llegan a contar la vida que yo tengo ahora hace 20 años hubiese alucinado, nunca hubiese pensado que iba a ser capaz de tener esta libertad. De poder ‘ser’.

¿De todas las entrevistas y búsquedas que ha hecho qué le ha resultado más revelador personalmente?
En este libro he entrevistado a varios psicoanalistas lacanianos (de Lacan), una línea en la que ahora soy muy afín. He pasado por todos los mundos espirituales desde que estoy ‘de búsqueda’. Comencé a los 30 años, así que llevo 34 de búsqueda. He pasado por todo tipo de meditaciones. que me parecen fantásticas, y por todo tipo de terapias alternativas, pero para mí ha sido muy revelador encontrarme con el psicoanálisis lacaniano porque apuestan por la subjectividad del ser humano, por la singularidad de cada individuo.

¿Cómo funciona?
En el psicoanálisis el saber está en uno mismo, no está en el terapeuta, y esto para mí es muy revelador. Todos pensamos que no sabemos suficiente y que es el otro el que nos tiene que ayudar a salir de nuestros conflictos, pero el psicoanálisis sabe que la única llave de salida de tu propio conflicto la tienes tú. Ellos te hacen como un útero para que tú en ese marco puedas nacer a tu nueva vida. Pero no te imponen una receta como pasa ahora con la new age: Lo de ‘sé feliz» o lo de ‘piensa en positivo’ se lo lleva el viento con el tiempo. En cambio el psicoanálisis reconstruye las bases de la persona.

En su libro hay psicoanálisis pero también mística.
Hay bastante parte de mística. Para mí los místicos tienen mucho interés porque valoran la fuerza de la palabra. El inconsciente está hecho de palabras. Por mucho que meditemos nunca llegaremos al enredo que podemos tener cada uno en nuestro inconsciente. La meditación es sana como es sano nadar, pero no por ello hay de adscribirse a ninguna disciplina. Detrás puede haber ciertas cosas que no son tan sanadoras para la persona. Le cambian unos catecismos por otros.

Muchas personas pasan de moda en moda, de corriente en corriente…
Hay que ir a la raíz, al ‘real’ que dicen los psicoanalistas: la realidad de cada uno de la que mucha gente no es consciente. ¿Cuántas mujeres nos enamoramos de hombres que no nos convienen o repetimos tipos de patrones? El psicoanálisis se ocupa de cortar con la repetición. El origen de esas adicciones está en el inconsciente.

 

Fuente: http://www.diariodeibiza.es/cultura/2017/06/02/deseo-secuestrado-matas-persona/919920.html

Deja un comentario